Ciudad Escuela: entrevistas Radio Museo Reina Sofía
Ya hemos hablado con anterioridad de Ciudad Escuela, la plataforma de pedagogías urbanas de código abierto que tuvimos ocasión de diseñar y poner en marcha durante el transcurso de nuestra Residencia de Investigación en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 2013-2014 (residencia que disfrutamos como integrantes del colectivo 15Muebles).
Durante los últimos meses hemos sido invitados a hablar sobre Ciudad Escuela un par de veces a la Radio del Museo Reina Sofía. Las entrevistas dan cuenta del origen del proyecto, de los encuentros y desencuentros con que nos hemos topado desde su puesta en marcha; también, de la coyuntura y las condiciones de vida y trabajo que atraviesan y conforman el ejercicio de un urbanismo comprometido y crítico hoy; y, en suma, de las aspiraciones y posibilidades que imaginábamos, y seguimos imaginando, para el proyecto.
Las entrevistas, por tanto, son una buena introducción a Ciudad Escuela. La radio del museo, además de colgar el archivo de audio de las mismas, ha tenido la gentileza de transcribirlas. (El material original disponible aquí y aquí.) He pensado que merecía la pena juntar ambas transcripciones en un mismo texto, acompañándolo, también, del audio original.
1. Entrevista a Alberto Corsín Jiménez, junio del 2014
Transcripción
Alberto Corsín: El proyecto Ciudad Escuela lo ponemos en marcha una plataforma de investigación en mobimiento (con b de mueble), sobre las formas en que política, conceptual y materialmente la ciudad se infraestructura a día de hoy. Esa plataforma de investigación en mobimiento se llama 15 Muebles, inspirada en el tipo de ciudad que el movimiento 15M puso en escena. La plataforma la componemos dos colectivos de arquitectura, Basurama y Zuloark, dos antropólogos, Adolfo Estalella y yo mismo, y dos arquitectos con experiencia en la transformación de la Arquitectura en una práctica y una cultura de red, que son Domenico di Siena y Alfonso Sánchez Uzábal.
Lo que nos proponíamos en nuestra residencia era problematizar el tipo de ciudad que el 15M hizo visible en esos tres aspectos: infraestructuras políticas, infraestructuras conceptuales e infraestructuras físicas, materiales. Y hacerlo en términos más o menos simétricos a las experiencias que se estaban sucediendo en la ciudad de Madrid, especialmente en aquellas experiencias que nosotros conocíamos muy de cerca. Por ejemplo, el Campo de Cebada, Estoesunaplaza o las asambleas de barrio, las mareas, etc.
Una de las cosas que nos preguntamos y que la investigación intenta vehiculizar es ¿Qué es la pedagogía cuando te la encuentras en la calle? Cuando encuentras gente que está poniendo en marcha proyectos no necesariamente pedagógicos, sino más bien políticos, de autoconstrucción o epistémicos, de transformación a nivel intelectual y de prácticas críticas. Estas distintas maneras de intervenir la ciudad tienen sin duda un valor educativo, un componente educacional, pero no necesariamente son pedagógicas. Lo que nos planteamos entonces es, además de ser fieles a estas prácticas de intervención de la ciudad en sus propios términos, intentar eclosionar sus potencialidades y líneas de fuga pedagógicas.
Lo que acabó dando una arquitectura, un soporte, al proyecto es un desarrollo tecnológico que tiene la Fundación Mozilla que llaman los Open Badges. Es un proyecto que pone en marcha la Fundación Mozilla hace cuatro años, cuando se dan cuenta de que hay millones de personas aprendiendo cosas en Internet y que esos aprendizajes no están reglados. Hay gente que está aprendiendo a cortar el pelo viendo vídeos en Youtube o está aprendiendo a tocar la guitarra o a soldar, y todo ese aprendizaje no tiene una certificación detrás. Entonces Mozilla pone en marcha los badges, que permiten a cualquier persona convertirse en un emisor de badges. Si consideras que se te puede dar bien enseñar a tocar la guitarra puedes armar una página web donde subes vídeos y enseñas a otros a tocar. Cada uno decide en qué términos y cómo enseña. La persona que emite los badges tiene que desarrollar algún sistema para comprobar que el que está al otro lado está aprendiendo de verdad, lo que Mozilla llama las evidencias.
Nosotros, inspirados por el sistema de los Open Badges, nos preguntamos: si la ciudad está a día de hoy en un momento experimental, que era nuestra hipótesis de partida, podríamos de alguna manera decir que hay infinitas pedagogías ahí fuera, de gente que está contándose la ciudad y reaprendiéndose la ciudad mutuamente, unos a otros. Entonces, ¿qué tal si usamos esta tecnología de los badges para hacer todo eso visible y liberar todo ese conocimiento? Hay mil maneras de relatar, de contarse la ciudad como ciclista, como viandante… ¿Qué tipo de escuela sería aquella que puede hacer visible todo eso? La plataforma es una página web: ciudad-escuela.org/ y está estructurada de la siguiente manera. Tiene tres puertas de entrada: lo que llamamos “Descubrir la ciudad” que son nuestros itinerarios. Hemos creado cinco relatos sobre la ciudad, relatos más o menos teóricos donde hacemos visible la ciudad que nosotros reconocemos a través de esta problematización en la que hemos estado ocupados los últimos cuatro años, desde el 15M. Una ciudad que tiene que ver con infraestructuras abiertas, donde los ciudadanos asumen el diseño, la puesta en escena, la certificación incluso de sus propias infraestructuras urbanas. Ése es un itinerario, las infraestructuras abiertas. Otro itinerario tiene que ver con urbanismos en beta, lo que llamamos un urbanismo experimental. Otro tiene que ver con las interfaces. Hemos sido testigos de la proliferación de interfaces y pantallas en la ciudad, desde dispositivos móviles a nuevas maneras de contarse la ciudad a través de todo tipo de relatos en blog, con twitter, con facebook. Hay nuevos media que mediatizan e intermedian cómo nos contamos la ciudad unos a otros. En fin, son cinco itinerarios y cada itinerario es simplemente un itinerario posible. En el interior de cada itinerario, y ésta es la siguiente puerta de entrada a Ciudad Escuela, están los badges, lo que nosotros llamamos las “unidades de aprendizaje”.
2. Entrevista a Manuel Pascual y Adolfo Estalella, diciembre del 2014
Transcripción
Manuel Pascual: Ya no sé puede trabajar solo como desde fuera sino que tienes que interactuar y hacer un proyecto junto a la gente o junto a la ciudad para que tenga sentido el proyecto.
Adolfo Estalella: Algo de lo que hemos hablado poco pero que me parece muy relevante es que es un proyecto de colaboración entre arquitectura y antropología. Entre una antropología que comienza a diluir sus formas habituales y se re-infraestructura o se dota de nuevo equipamiento material y una arquitectura con una sensibilidad singular, que va más allá de la construcción y empieza a pensar de una manera muy seria la condición social de sus intervenciones. Es interesante cómo surge el proyecto porque surge de un fracaso, de un intento de estudiar a la manera tradicional de la antropología a Basurama. Y hay una resistencia por parte de alguno de sus miembros e incomodidad y tenemos que buscar una alternativa, y la alternativa es generar un espacio de colaboración en el que ya los otros no son nuestro objeto de investigación sino nuestra parte en una colaboración. Ciudad Escuela es una propuesta de colaboración y el resultado de una colaboración.
Manuel Pascual: Lo que nos ha dado el Reina Sofía o el centro de estudios es tiempo para trabajar y tener unas metas en las que construir ciertos objetivos. El Reina nos ha obligado a cristalizar el proyecto, con los errores y las bonanzas que eso lleva.
Adolfo Estalella: Lo que hemos intentado hacer es desarrollar esta idea y esta práctica de qué sería una pedagogía urbana de código abierto, que era la idea principal en torno a la cual cristaliza el proyecto. La cristalización ha sido en torno a una serie de itinerarios pedagógicos que proponen grandes temáticas para comenzar a pensar la ciudad como un objeto de aprendizaje y un lugar donde se aprende y cada uno de estos itinerarios está alfombrado con una serie de badges que son temas específicos. A lo largo del último año, lo que hemos es hecho desarrollar una serie de 20 talleres distintos en distintos lugares de la ciudad e ir equipando con estas actividades el proyecto. Hemos desarrollado la infraestructura, que es un sitio web hecho con código abierto, la cual puede tirar cualquier actividad pedagógica que ocurra en la ciudad. Estamos muy contentos por dos razones: Una porque la infraestructura ha sido replicada casi literalmente en Colombia. Entonces un clon literal de la web lo puedes encontrar en ciudadescuela.co. Y por otro lado, porque varias iniciativas y colectivos de arquitectura han comenzado a utilizar los badges de Ciudad Escuela. De alguna manera, esa idea de cómo abrir el código de esta pedagogía urbana comienza a cuajar cuando otros colectivos se interesan por la plataforma.
Manuel Pascual: Una cosa que es interesante que ha sucedido, que además era una cosa que al principio criticábamos del propio proyecto, que se haya construido casi un sistema que lo que hace es legitimar el conocimiento. Yo hago un taller de diseño participado en una plaza y le digo a la gente que desde ahora además pueden llevarse un badge en diseños abiertos de Ciudad Escuela. Esa cosa de la “titulitis” que era algo que queríamos evitar pero que para mucha gente funciona. Tenemos un taller periódicamente en el Campo de Cebada con una universidad colombiana y se han lanzado como locos a solicitar ese badge. Cada una de las personas que quiere un badge tiene que abrir una documentación nueva de lo que ha aprendido. No solo aprendes sino que tienes que publicar, abrir lo que has aprendido al resto del mundo.
Los badges de Mozilla no solo están infraestructurando procesos pedagógicos sino que están infraestructurando otras formas de ejecutar el diseño. Imagínate, acaba de legalizarse la reforma de 16 huertos urbanos comunitarios en Madrid. Imagínate si el ayuntamiento de Madrid en vez de diseñar los huertos urbanos a través de un plan homogeneizador o un plan urbanístico convencional, un plan de cómo tienen que ser los huertos, diseñara a través
de planes pedagógicos vinculados a Ciudad Escuela o cualquier otra plataforma parecida. No voy y construyo lo que creo que la gente necesita y lo hago igual en todos los huertos, sino que lo que hago es diseñar talleres de reflexión o de trabajo en torno a los huertos. Para que sean los propios ciudadanos los que puedan diseñar y construir estos huertos comunitarios. Imagínate que muchas de las cosas que se planean en la ciudad de esta manera, desde un rígido plan desde arriba, se pudieran diseñar o infraestructura a través de talleres o de circunstancias de pedagogía cada una de las cosas que suceden en la ciudad. En vez de hacerlo de una planificación vertical se haga desde un trabajo pedagógico horizontal. Se podría hacer un plan general de Madrid basado en estrategias de pedagogía en vez de estrategias de planificación.
Adolfo Estalella: Ciudad Escuela intenta hacer visible la condición pedagógica de muchos proyectos que están poblando la ciudad. Un huerto no es solo huerto es una manera nueva de practicar la ciudad y de imaginarla. Detrás de eso hay un todo un ejercicio de aprendizaje del que Ciudad Escuela toma inspiración y que por otro lado intenta hacer visible. Ciudad Escuela sería una infraestructura para todo esos ejercicios pedagógicos, una infraestructura que intenta hacerlos visibles y sancionar esa condición pedagógica y que no sean únicamente las instituciones tradicionales las que sigan ostentando el monopolio de cuáles son los conocimientos legitimados. Además del ejercicio pedagógico, hay una propuesta política en Ciudad Escuela en la cual la política no se entiende únicamente no solo a través del discurso y de la palabra sino a través de la intervención material. Construir un huerto en la ciudad hay todo un ejercicio político detrás de esto. Amueblar el espacio público como se hace en el Campo de Cebada es toda una intervención política en la ciudad, que no pasa por la manifestación sino que “mobiliza” la ciudad con b, con b de mueble.
Una manera de pensarlo o a través de la cual hemos tomado inspiración es a través de esa idea del derecho a la ciudad, que es una figura que acuña Henri Lefebvre a finales de los sesenta para pensar en el derecho a la ciudad como un ejercicio de reclamación a habitar la ciudad en nuevos términos. Nuevos derechos entran en la existencia o comienzan a poblar la ciudad a través de esos ejercicios de amueblamiento. Podríamos decir que una de las ideas que propone Ciudad Escuela es la idea de re-amueblar el derecho a la ciudad, dotarle de nuevas infraestructuras ya no solo es una cuestión puramente discursiva sino que requiere de nuevos muebles.