Culturas digitales, un plural político
Cultura digital, culturas digitales. ¿En singular o en plural? Mi amigo Javier Castañeda me envía una convocatoria para el evento Asia Geek que organizan la semana próxima en colaboración con la EOI y con el Instituto Europeo di Design; dos instituciones que de manera informal tienen vinculaciones con el Medialab. Vinculaciones informales significa, por ejemplo, que hay personas que circulan de una de esas instituciones a la otra, y hacen el camino de vuelta. El título del encuentro es ‘encuentros Asia Geek. Vida digital y tendencias urbanas en Japón, China, India y Corea’ y la llamada de la convocatoria dice:
¿Te fascina la tecnología? ¿Te chiflan los videojuegos? ¿Te atrae la estética manga? ¿Sientes curiosidad por las tribus urbanas asiáticas? ¿Sabes cómo son las redes sociales en Corea? ¿Tienes espíritu otaku? ¿Sabes qué impacto tiene Internet en la nueva cultura china? ¿Quieres saber cómo son los juegos de móvil en India? ¿Te pierden los gadgets de última generación? ¿Te interesan las tendencias sobre cibercultura asiática?
Vida digital, cultura digital… ciertamente está en la onda del Medialab, así que no es de extrañar esos caminos de ida y vueltas que algunas personas, algunos relatos y algunos artefactos hacen entre el Medialab y las otras instituciones mencionadas. Pero aún así, pese a esas relaciones, cuando leo la convocatoria y el programa de Asia Geek no puedo por menos de encontrar diferencias con el Medialab, así que la cuestión que se me plantea y que llevo un tiempo estrujando (la abordo también en mi tesis) es: ¿cuántas culturas digitales hay?, ¿podemos hablar de ‘la cultura digital’, en singular? Algunos antropólogos y antropólogas llevan ya varias décadas peleados con ese concepto. Una de las críticas, la que hacen desde Adam Kuper hasta Lila Abu Lughod, es que tiende a homogeneizar y a limar las asperezas de las realidades empíricas que uno estudia. En mi tesis eludo el concepto de cultura (cultura blogger) y opto por el de prácticas, que no es ninguna panacea, porque puede platear los mismos problemas que el de cultura, pero si se maneja con cuidado permite solventar algunos problemas que la cultura difícilmente permite resolver.
Pero regresando al asunto: ¿cuántas culturas digitales? ¿Es la cultura (digital) del software libre la misma que la cultura (digital) del software privativo?, ¿es la cultura (digital) hacker la misma que la cultura (digital) del ocio consumidor?, ¿es la cultura (digital) del DIY la misma que la cultur(digital) de YouTube-hagamos-de-Internet-otra-televisión-para-mirar-sentados-desde-el-sofá? Es hora, cuando menos, de pluralizar la noción de ‘cultura digital’, y comenzar a hablar de culturas digitales, porque esa opción por tornar en plural lo que se toma como singular está, en realidad, cargada de sentido político. La pluralidad representa una bifurcación, y cada una de esas bifurcaciones platea una elección política.
Si, es complicado el tema. Christine Hine habla de internet como cultura vs. internet como artefacto cultural.
Quiza el problema con la nocion de cultura radique en que este concepto se refiere a una totalidad, y que hoy en dia tendemos a no desmenuzar esta totalidad. Se habla de deconstruir nociones como cultura pero tal vez lo que haya que hacer es desmontar esa totalidad y estudiar las piezas que la componen. Por ejemplo, dentro de la totalidad que es la cultura de Francia podemos diferenciar un conjunto de institutiones, campos, regiones, subculturas, etc. Este procedimiento evitaria la esencializacion: http://johnpostill.wordpress.com/2010/05/14/putting-the-concept-of-culture-to-work/